Todos sabemos que la expansión de la industria en general ha ido a pasos de gigante en las últimas décadas, y con ella la industria química.
Unos pequeños datos:
- En 1930 se producían a nivel mundial un millón de toneladas de química sintética.
- En el 2000 esa cantidad aumentó hasta más de 400 millones.
Hay que tener en cuenta que mucha de esa química acaba en nuestros hogares, tanto en productos que utilizamos directamente, como en materiales de construcción, revestimientos, muebles, decoración, tejidos, etc…. y muchos de esos químicos se liberan o bien porque los utilizamos en algún producto o porque se desprenden de otros materiales que los contienen. Y claro, eso acaba acumulándose en el ambiente de nuestro hogar.
Aparte de la cantidad de sustancias también es la gran variedad de ellas que se sintetizan a diario. El último dato que he conseguido es de 143.000 sustancias diferentes declaradas hace unos años. A esto hay que sumarle que éstas sustancias se acaban mezclando y reaccionando, creando ya de por sí otras nuevas. Imaginaos el coctel al que estamos expuestos a diario.
Ecología viene de Oikos que significa Casa
La ecología debe comenzar en nuestra casa, porque nosotros formamos un todo con nuestro entorno y de su cuidado depende también nuestra salud.
Por regla general, no se reflexiona en qué componentes tienen ciertos productos o materiales y ello hace que no seamos conscientes de lo que puedan afectarnos las sustancias que desprenden.
Antes no teníamos este problema, los hogares de nuestros antecesores, no tenían tanta química en ellos, sus materiales eran más acordes a la naturaleza, madera natural, arcilla, piedra….pero ahora todos esos materiales están tratados químicamente, además de todos los productos que utilizamos nosotros a diario.
El resultado de todo esto es que una vez que absorbemos esas sustancias, nuestro organismo no está preparado para desecharlas y se van acumulando dentro de nosotros, provocando enfermedades, alergias…algunas de ellas muy graves.
Es muy importante aprender a detectar esas sustancias y sacarlas de nuestra casa, en todo lo que nos sea posible para minimizar los daños que puedan causarnos. Es muy difícil crear un hogar con un ambiente 100% libre de tóxicos, pero si al menos eliminamos el 50% conseguiremos evitar muchos riesgos.
